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miércoles, 26 de julio de 2017

PAS


Masajeaba mis manos con los granos de la playa. El sol ascendía con una lentitud que permitió a mi peso afianzar una firme marca sobre la arena.
Me encontraba inhalando el fresco aroma del solitario mar, aún sin ningún bañista o forofo de los paseos matutinos. El aire que entraba en mis pulmones salaba mis conductos, haciendo que una atmósfera invadiera las cavidades más inóspitas de mi cuerpo y que en mi mente se evocaran los recuerdos más ilustres de los últimos días.

Es lunes, la calle arde y yo me encuentro sentado frente a un experto. Algunos lo llaman especialista, otros psicoterapeuta. Yo lo llamaba loquero, aunque ahora soy capaz de tutearle. Supongo que mantener una conversación tan profunda con alguien hace que le cojas hasta cariño.

Las cosas no iban bien. Mejor diré que mi cabeza no iba como yo quisiera. La había dejado hace dos años en la maldita montaña rusa, y eso le había provocado vómitos, nauseas y ganas de huir de esas subidas que te despeinan y bajadas en las que tu lengua y corazón se tocan.
No iban bien desde hace dos años. Algo me atenazaba mientras yo humedecía mis ojos sin saber el porqué de esto, impidiéndome disfrutar de los pilares de mi vida.

Me cuesta hablar de esto, pues es más intimo que yo mismo. La pura esencia de mi ser al desnudo. Yo y nada más que yo.

Pero esto de hace dos años lo dejo para cuando tenga las energías y el valor con el que mover estos dedos y hablar de ello. Mejor diré escribir, pues hablando solo lograría mostrar un diez por ciento de esta inmensa profundidad que es la vida humana.

Volvamos. El sol ya molestaba a la vista y la carne de gallina producida por el frío de la noche empezaba a desaparecer.
Con absoluta tranquilidad el loquero-especialista me miraba a los ojos mientras yo observaba el cuarto que usaba como despacho. Vi libros que había leído y álbumes que había escuchado tanto, que mis tímpanos reconocerían esas vibraciones.
Hablamos de cómics, pues tenía "Blacksad" en la mesa, hablamos de cine, de literatura y, sobre todo de mí.
Eso es, había ido a hablar de mí. Es extraño eso, incluso me daba miedo tener que ir a hablar sobre mis problemas. Pero el problema es ver como un problema el hablar de los problemas.
Por supuesto me refiero a problemas de verdad, no de que te haya dejado la novia por que no te aguanta.
Me refiero a problemas que nacen en uno mismo, que no encuentras el lugar de tu cuerpo donde se enraízan y te impiden ser quien de verdad eres.

No sé formó este especialista, pero era bueno, más que bueno. Sólo con mis gustos literarios ya empezó a realizar el boceto de mi carácter.
Le comenté que Hermann Hesse era mi escritor favorito. De la fascinación que tuve al leer Siddhartha por primera vez y de cómo me vi reflejado en Harry Haller, el protagonista del libro que más me ha llegado, "el lobo estepario". Un libro que quien lo haya leído sabe que es "Sólo para locos".
El sabía que "no para cualquiera", que la gente con esos gustos literarios solían ser personas que se cuestionan mucho las cosas. Y cuestionarse las cosas puede llevarte a una frustración grande.

"¡Bingo!" pensé. Había dado en el clavo. Continuó con una pregunta, que parece hacerse a todos lo locos. "¿has leído "El guardián entre el centeno?". Contesté que sí, pero que Holden Claufield, el protagonista, me ponía de mala hostia al recordarme a un familiar. "Pero es un joven que como tú se cuestiona cosas" Sí...

Es verano y paseo con mi madre mientras el calor del asfalto se disipa en la fresca noche. "¿Nunca te has preguntado el por qué de la existencia humana?"."No, ¿para qué iba a hacerlo?" Buena respuesta mamá. No sabes la suerte que tienes. Lo que daría yo por el mero hecho de disfrutar mientras te dejas llevar por la vida..

El sol tenía esa altura que permitía a tu sombra ser más corta que tu cuerpo. Se formaron gotas por mi frente, desembocando en un leve intento de cascada por mi sien.
Ya no se escuchaban las olas y el paisaje, antes desierto pero bello, se había desdibujado en enormes colores con logotipos y el aroma, que había desencadenado la animación en mi cuerpo, se vio dominado por el melocotón procedente de esas cremas solares que tanto detestaba.

Apuntaba con tanta sutileza que apenas se escuchaba el movimiento de la bolita al pasar por el blanco folio. "¿Qué estará escribiendo ahí? ¿El grado de mi locura o de mi gilipollez?"
Decidí afrontar una relajación que me permitiera mirar a los ojos a ese hombre que, cuando tenía mi edad, la prescripción para estos casos era un guantazo bien dado.

De su garganta salieron más preguntas, que no llegaron a ser incómodas del todo, así que pude responderlas con la satisfacción de no haberle mentido.
Preguntas sobre mi día a día, mi paso por el bachiller y la carrera. Sobre mis inquietudes...
Ese hombre no solo era un especialista en trastornados, sino que dominaba el arte de la retórica como si de Cicerón se tratara.

Lo fácil hubiera sido caer en las preguntas que ya me habían hecho un par de años atrás.
Esa mujer, que se las daba de especialista, decidió que conversar sobre mi pasado era la mejor forma para arreglar el presente.
"¿Pero para qué cojones he venido a ver como esta tía pone a parir a mis padres? Ya se que la han cagao mucho pero si estoy mal ahora de seguro que no es por mis padres."

Él no tocó el tema familiar, ni siquiera pareció darle el más mínimo interés. "Eso está bien, sigue así" pensé.
Comentó que es necesario el pasado, pero que es mejor tratar el presente y no lo que ya no se puede cambiar. "Guau este hombre es hasta estoico, un seguidor de Séneca y Epícteto".
No sé por qué pero en ese momento en el que el sol estaba acariciando de más mi piel, recordé la versión 2.0 de una frase de esos hombres: "Señor, dame café para cambiar las cosas que puedo y dame vino para aceptar las que no puedo cambiar".

Así que estaba sobre la arena, estaba en un despacho y estaba en la montaña rusa de las emociones.
Las preguntas salían de su voz y su eco repercutía en mis entrañas al sol, a la vez que intentaban entender los planos de esa malévola atracción de feria.

Llegamos a las cuatro cuestiones. Se supone que esas cuatro preguntas iban a marcar el rumbo. Quería constatar lo que había insinuado de forma anterior, que podía ser catalogado como eso que llaman PAS (Persona Altamente Sensible). Tenía que cumplir estos cuatro requisitos.

1.- La persona altamente sensible difícilmente puede remediar su tendencia a procesar toda la información recibida de una manera intensa y profunda, por lo que suele reflexionar mucho sobre los temas en general y dar muchas vueltas para una mayor comprensión.

2.- La persona altamente sensible puede llegar a saturarse y sentirse sobreestimulada cuando tiene que procesar a la vez mucha información (sensorial y emocional). Ésta característica es comprensible debido a que la persona PAS posee un sistema neuro-sensorial más fino de lo normal, por lo que la cantidad de información que recibe es mucho mayor que la de una persona que no es PAS.

3.- La persona altamente sensible vive la vida con mucha emocionalidad, se emociona con facilidad ante situaciones y sensaciones. Su manera de experimentar la felicidad, tristeza, alegría, injusticia, etc. es muy intensa y va ligada a una fuerte empatía, una característica que también forma parte del rasgo de la alta sensibilidad.

4.- La persona altamente sensible tiene una elevada sensibilidad, no solamente en cuanto a los cinco sentidos (vista, tacto, oído, gusto, olfato), sino también de cara a sutilezas como pequeños cambios en el entorno o en el estado emocional de las personas que tiene a su alrededor.

El primer problema fue entender las preguntas, después interpretarlas y, por último, responder con un mero atisbo de seguridad.
Creo que todas las personas responderían que sí a todas, pero que ninguna podría decirlo con absoluta seguridad y certeza.

"¿Cómo voy a estar seguro?" "Bueno, sigue hablándome de lo que haces en tu día a día y lo que te gusta".
"Me gusta pasear con el estómago vacío, conversar con buenos amigos aunque sea un rato, un café cargado antes de ver el sol y sentir como se funde el cacao puro en mis lengua mientras abrazo a mi madre".

La playa pareció haber enmudecido. Los dueños de ese mar de colillas, huellas y sombrillas, llenaban ahora sus estómagos con algún que otro frito lubricado con fresca cerveza, de esas que están tan frías que se forman gotas alrededor de la botella.
Gotas como la que cubrían mi piel, de nuevo frente a la soledad del rumor de las olas.

Estas son otras características de las personas altamente sensibles:

1.Empatizan bien con los demás.
Bueno sé cuando mi madre tiene ganas de orinar. Ahora en serio ¿cómo sé que empatizo con los demás? Supongo que sí, que reconozco los sentimientos de los demás en la forma en la que dirigen la mirada,  enseñan las muñecas o abren la boca. No sé , es difícil de responder.

2.Son más vulnerables a sufrir trastornos depresivos o de ansiedad.
 ESTOY DE ACUERDO, AL 100%. No sabes el por qué, pero te encuentras triste uno de cada tres días. No te muestras como realmente eres, por lo que pierdes parte de lo que habías ganado con tu personalidad, pues no amas igual a tu pareja y no disfrutas tanto de la compañía de una gran amistad. Esa es la palabra, disfrutar. Los estados depresivos no se basan  en estar triste,sino en no tener vitalidad ni disfrutar de eso que tanto llenaba tu vida.

3. Disfrutan de la soledad
Bueno y quién no. No es que me guste la soledad, es que la necesito de vez en cuando. Una de mis reivindicaciones más criticadas es "Necesito tiempo para mis cosas". Difícil encontrar a alguien que entienda eso, pero todos pasamos por ese momento de absoluta tranquilidad y placer. Quizá yo lo dilate y lo viva intensamente, pero necesito a los demás conmigo, no muchos, ni mucho rato, pero sin las personas que me hacen ser quien soy no sería más que arena sobre la arena.

Es un momento de creación e  introspección, pero que como un arma de doble filo te puede herir si no la compensas, pues la mente es cabrona por naturaleza y la mía lo borda.

El sol y su calor han desaparecido, y el frío parece inseparable del cielo encapotado.
Intento no pensar y conseguir captar la esencia del mar en cada sacudida de aire que entra por mi nariz.

Media hora después, con el mar reflejando la oscuridad del cielo, estoy tumbado, con las piernas encogidas, encima de una arena que se ha compactado compactado de tal forma que la huella de mi espalda perduraría horas.


Unas lágrimas desbordan a la fuerza por misojos cerrados, y se deslizan por mis ásperas mejillas hasta ser absorbidas por la fría arena.
Me incorporo, dudando de si había empezado a llover sobre mi o dentro de mi. 
Divisaba ahora un mar más viejo. Un mar que parecía haberse apaciguado con el tiempo. Oscuro u en calma, a pesar del viento que no le había abandonado desde que llegó.

Fue entonces, con la tensión y la marea baja, que divisé una silueta que se engrandecía a cada paso que daba.
La población de la playa se multiplicó por dos con la llegada de unas piernas blancas y firmes, cuyas generosas formas identificaban la identidad del caminante.
Sentía debilidad por esos muslos, por lo que no tuve que levantar la mirada para saber de quién se trataba.

4.Perciben el ruido, la luz y los olores de forma extrema.
Es como ser una canica encerrada en una botella en constante movimiento. Un golpe tras otro, hasta dañar el esmalte, hasta dejarla turbia e inservible. Eso es una aglomeración. Un ruido que no ataca el oído sino los ojos, ya que es tan grande que puedes verlo.

Desde chico la luz proveniente de cualquier cuarto, por pequeña que fuera, se llevaba mi atención. De hecho, no estoy tranquilo si la luz del pasillo está encendida mientras veo la televisión en el salón, a penas tengo ángulo de visión y al resto no le molesta, pero creedme que no puedo cenar tranquilo.




5.Su hipersensibilidad les lleva a sufrir más, pero también a disfrutar y sentir más. Se emocionan con facilidad, muestran una sensibilidad al arte.

Sí, sufrir más eso seguro, ya no se si por hipersensibilidad o por gilipollas. ¿Disfrutar más? ¿Cómo sé que disfruto más que alguien? Ese chocolate amargo que para otros es repugnante es ambrosía digna de dioses para mi paladar. Las hojas de un cómic recién imprimido abren mi apetito, como si la tinta de color intentase seducirme. 

¿Quién eres? ¿Amelie Poulain? No, no me gusta romper la crema catalana con la cuchara, pero si dormir en verano empapado de agua helada, hasta que esta se convierte en sudor por el calor de la noche.

No sé, es imposible de responder con seguridad. Una escala de disfrute no tendría ningún valor científico. ¿Cómo lo medirias? "Está bien" "Da gustillo", "Meh.."

Se encontraba a mi lado, de pie y observando de forma fija mis ojos rosados .
Sus gruesos rizos rojos, a juego con las mejillas, se movían de forma aleatoria por el viento que empujaba de forma intermitente a las olas.

Vi  cómo el vaho salía de esos labios carnosos, a la vez que descendió para sentarse junto a mí..
Sus ojos se encontraban ahora centrando una escena en la que el gris y el rojo acaparaban todo el espectro de color. El vapor, humeante y cálido, ascendía por nuestras bocas rozando las mejillas del que tenían en frente y pasaba por los ojos marrones de ella en los que se reflejaban las lágrimas de mis ojos verdosos

Unas gotas de fría agua empezaron a caer sobre sus cuerpos y, en un instante, sus bocas se fusionaron en una y sus cuerpos esparcieron de forma violenta la arena en la que se apoyaban.

6.Se sienten incómodos en el mundo de la competitividad, de la dureza y de la ambición. Perciben el rechazo de aquellos que catalogan al sensible como alguien incapaz de enfrentarse a un mundo competitivo. La imagen de éxito actual es la del valiente, extrovertido, líder, locuaz, comunicativo, divertido, todoterreno. Una imagen que no casa con la forma de ser del PAS.

No es que me sienta incómodo, es que me parece una chorrada la sociedad de la competición en la que vivimos. De que te sirve ser el que más lo que sea. Puede que tu escribas unas historias de la hostia, de esas que luego derivan en series, películas y muñecos de acción, pero yo necesito tiempo para traducir las sensaciones en un idioma que puedas comprender.

Las mejores personas no son las divertidas, las mejores obras no son las más bonitas, ni las mejores canciones son las más pegadizas. Las mejores lo que sea son las que se viven . Las personas que se viven, los libros que se viven, las canciones que se viven,  los momentos en los que sabes que estás vivo, sólo porque hay sentimientos que te lo indican.

Pero abres los ojos y el naranja te roba el sueño. Sólo te quedan reminiscencias de ello, imágenes de lo que pudo haber sido. No te entristeces, pues lo has vivido, y los insomnes somos más felices cuando soñamos pues sabemos que estamos soñando. 

La playa se encuentra ahora rodeada de cuerpos curvilíneos y formas abstractas, que devoran pipas saladas y zumos industriales. El sol no quema y un día más sobrevives a su abrazo.

7 Pueden ser introvertidos y tímidos.
Pueden no, lo son. Al menos lo soy y mucho. "¿Entonces por qué eres capaz de escribir sobre ello?" Ya sale el listillo de siempre. Porque no me lee nadie y porque entiendo que a nadie le importa.

El aire acondicionado del especialista me enfría el sudor de la espalda, con lo que mis ganas de orinar aumentan, mis ganas de saber más, me impiden excusarme.

"Saber que a nadie le importas tanto tranquiliza, y mucho" "¿Tu crees?" "Sí. Verá, de forma obvia que importamos a gente. Usted le importará a su esposa o a su secretaria, no me meto en ello, pero le aseguro que nadie está pensando en nosotros ahora mismo".
"Nadie está pensando en que estás haciendo ahora". 
Eso es, nadie está pensando si estaba en un especialista-loquero o en pleno looping de la atracción que parece no tener frenos. Quizás en los dos, quizás en la playa.

8 Se abruman fácilmente con el exceso de ritmo y actividad. Los cambios en los planes, lo inesperado puede desubicarles y generar una respuesta de ansiedad. Esto les produce susto. Y la idea de tener que hacer muchas cosas les bloquea.

"¿Sabes eso de la parálisis por análisis? Creo que reflexiono tanto las cosas que luego no las llevo a cabo. 
"Y temes el cambio, la inseguridad que trae consigo". "Temo el cambio, no, temo a la inseguridad de ese cambio"

No creo que tenga que ver con las personas altamente sensibles, pero soy de esos de los que se sitúan en la peor situación posible, como si así consiguiera evitar el dolor que produce cualquier situación que pueda resultar hostil.

"Te imaginas si en vez de pensar en y si sale mal, piensas en y si sale bien?" 
"Tienes respuestas y preguntas para todo", pensé.

"Sabes que después nunca ocurre lo peor" "Lo sé"
"¿Aún así sigue dándote miedo?" Solo me queda asentir lentamente.

Estoy con unos amigos, ya que Dios se apiada de mi y me da ocasiones con las que poder disfrutar. Puede que disfrute o puede que no, puede que hasta me aburra según la persona.

Es de noche, tarde, y me vuelvo sin despedirme. Esto no es tan raro, lo que sí es raro es esa extraña presión en los ojos que me clava la mirada en el negro suelo y la decepción que sigue a otra ocasión para disfrutar fallida. Quizá de lo que más me arrepienta sea de no disfrutar con mis seres queridos, que son pocos, pero que son capaces de conseguir hacerme feliz. Y más me duele que el motivo de esa incapacidad de disfrute provenga de algo desconocido.

"Te gusta vivir día a día" "Ya" "Planear cada día en el momento" Sí.
"Y sabiendo que haces esto , ¿Temes al cambio?" Hey ¿no has visto el nombre del blog? Quizás esté mal y solo sean las reflexiones de un gilipollas asecas.

9 Disfrutan con los detalles de la vida.

"No se si coneces esa canción de Sam Cooke, la de "That's Where It's At"
"No" "Bueno pues en esa clave está eso que todos buscamos"
"¿Qué?" 
To say it's time to go & she says
"Yes I know" But just stay one minute more

That's where it's at

Eso que provoca ese ratito más es la clave
Escribe algo en la libreta, de seguro que está escribiendo "colgado". Me tiene de la libreta hasta los huevos y mira que lucho por no mirar el movimiento de sus manos. Intento leer al revés pero me salen frases sin sentido, quizá tan sin sentido como este escrito, como este encuentro o tanto como la vida.

No voy a seguir con lo de que los pequeños detalles marcan la vida, que son lo importante. No voy a seguir por ahí, no es mi estilo. Eso lo veo muy de libros autoayuda, y de esos muchos no sirven ni para hacer un apaño en el baño. ¿Cómo se anima uno mismo con pequeñas cosas? ¿Un copazo?
"No joven , con una conversación, llama a algún amigo, sal con una chica"
Y me lo dice alguien que tiene enmarcada en la cara su rutina improductiva, propia del dejarse llevar. Alguien con una vida que para mí no merece la pena.
¿Crees que si eso me ayudara no lo hubiera hecho?

Estoy en el médico, con dos años menos, y en mis ojos se han formado dos bolsas de canguro. Una mujer masca chicle en una habitación que huele tanto a desinfectante que parece estar mascando una pastilla de jabón.

"Bueno esto del sueño es muy traicionero,¿ sabes?
¿Has probado a relajarte a cerrar los ojos?"
Con esa respuesta de esa que ha dedicado toda su juventud a estudiar el cuerpo humano,  la rabia inicial permite que se me aparezca en las manos una maza maza medieval, de las que se usaban en arduas batallas y en festivos torneos. Pero decido cerrar los ojos.

Los abro, estoy sentado de lado en la barra de un lugar de los que no merece la pena recordar. Es fin de semana y en el fondo del local atisbo de forma borras alguna que otra figura conocida, pero desdibujada con el tiempo.

Delante de mi una sonrisa roja y pecas que la hacen más especial. He debido hacerlo bien para despertar en ese momento.
"¿Qué haces de tu vida?" "¿Qué?" Ya... sé que podría haberle preguntado sobre si le gusta viajar o si ve los simpsons antes de comer, pero soy yo.
"Sí, ya sabes, un propósito, lo que te invita a dar lo mejor de tí, a levantarte"
"Nunca lo he pensado, ¿y tu?"
Difícil devolver esa bola, pues no le voy a decir que estaba desperdiciando mi vida.
"Quizá siga buscandolo"
"Y, ¿Mientras?"
Tengo que reír, la chica me había superado "Mientras vivir" Vivir mientras bebía un sorbo más con el que dejar de ser yo poco a poco.
"¿No es suficiente?" "No" "¿No te gusta tu vida?" "Mi vida es maravillosa" "¿Entonces?" Entonces...
¿Hago momento película y como un actor digo "entonces sshhhh y me acerco a besarla? No, esto no es una película, pero sonrío lo suficiente para alargar la corriente eléctrica que surca mi cuerpo provocada por ella.
Doy otro sorbo y todo se difumina un poco más, enmudeciendo mi cabeza. Callado estoy más guapo.

10 Son sensibles a la cafeína.

Tengo mis dudas , porque no es que me sienta mal, es que la necesito. El café es el pan de cada día, la buena nueva. Con el todo cobra un tacto más real y unos colores más definidos.

Sin mi café de la mañana, soy sólo como una pieza dorada y seca de carnero.
Johann Sebastian Bach
Claro que sí, maquina de follar germana.

Estoy de nuevo en la playa, cubierto por un manto oscuro pero con virutas brillantes que parecen diamantes sobre un bloque de marmol negro. Se ven luces amarillas como fuegos artificiales y personas que se mueven con extraña lentitud.

Me da la mano, sólo ha pasado media hora, pero parecía que conocía a ese hombre desde tiempo atrás.
No sonreía, pero yo sí.
"No necesitas medicación" "Lo tuyo es un tema más existencialista"
Molaba eso de existencialista, aunque sabía que bajo esa palabra había algo de sufrimiento.

Ya no estoy ni con él ni en la playa, solo agarrado a mi vagón mientras paso por ese tramo de la atracción muy lentamente, pudiendo sacar la mano y tocar el suelo.

No sé, pero estoy algo inquieto y tanquilo a la vez. Entender que cada uno es único y que hay muchas personas PAS (algo de lo que aún dudo), me hace tener la esperanza de poder conocer más mis emociones y compartirlas con más gente que se sienta así. Tener la esperanza de poder coger los mando de esa atracción y dirigir la direción que tomar, sabiendo que requerirá esfuerzo, tanto que me frustearé de nuevo mil veces, pero con la esperanza de que merezca la pena y hacer de esa atracción algo digno.

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