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domingo, 18 de septiembre de 2016

¿POR QUÉ HACEMOS LO QUE HACEMOS?

Hace un par de noches, a un amigo no se le ocurrió otra cosa que, para soportar el calor de la noche, pedirnos opinión (a un grupo de gilipollas) sobre una reflexión a la que había estado dando vueltas. Gran error pedir a un gilipollas rehabilitado y altamente reflexivo, profundo y sensible que de opinión sobre una reflexión

Esta era la siguiente: "Todo lo que hacemos, lo hacemos porque creemos que nos dará felicidad".
Mis amigos fueron listos, no se si para pasar directamente al vino y al lomo (algo inteligente) o  porque su reflexión se limitaba a una idea clara y directa.
Recuerdo que uno de ellos mencionó que posiblemente sea así, porque nuestra misión en la vida es ser feliz (entonces, ¿cuando no somos felices, estamos fracasando en la vida? ¿acaso tiene la vida un objetivo?

Otra respuesta fue la de que símplemente hacemos las cosas por hacerlas, casi mecánicamente. que hacemos lo que nos conviene en el momento (ya sabemos quién es el hedonista del grupo).
En fin, llegó mi turno y comenzó la reflexión de un gilipollas rehabilitado.

LA TEORÍA DE LA HAMBURGUESA

Comencé comentándole a mi amigo la teoría de la hamburguesa que se encuentra plasmada en un libro escrito por Tan Bel Shahar, "Happier". Bien, pues voy a intentar resumiros la filosofía que se muestra en el libro.
Imaginad que vais a una cadena de restaurantes de comida rápida. En ella pedís para llevar cuatro hamburguesas diferentes. Una vez sentados vamos abriendo los paquetes de hamburguesas:

1. Hamburguesa típica de pan, carne a la parrilla, cebolla y queso fundido. Una jodida delicia. Os presento a la hamburguesa Hedonista. Es la que disfrutamos en el presente, aunque en un futuro nos sea perjudicial (la comida basura es perfecta para el ejemplo hedonista). Seguro que más de uno se identifica con este aspecto (saludos, seguidores de la corriente soloseviveunavezenlavida).
(Ahora que lo pienso, yo me lo paso bien escribiendo esto, aunque esta mierda de blog no la lea ni mi madre aunque se lo pida haciéndole el típico chantaje emocional de faltar a todas las reuniones mierdosas de familia.)

2. La jodida hamburguesa de ingredientes sanos y poco apetecibles. La hamburguesa para los obesos, para los que estáis a dieta. Señores, señoras, os presento a la hamburguesa "Rat race" o de la competencia. Es decir, aquella que no disfrutas en el presente pero que en un futuro tendrá consecuencias positivas. Es como cuando me tenía que estudiar la mierda de exámenes de matemáticas en el colegio. Joder eran un infierno pero tenía que hacerlo (la tranquilidad de ir libre en verano o la mera satisfacción de aprobar, de un trabajo bine hecho). Supongo que esto depende de las creencias y valores de cada persona.
Quizá a una persona que ama el sedentarismo y el estar mal físicamente, no tiene sentido hacerlo. No se comería esta hamburguesa (Ummm si ama estar mal físicamente quizá le guste la siguiente).

3. Nuestra tercera delicia no destaca por su buen sabor (¿entonces ya implica que no es una delicia?). Vale esta es una mierda. Abres el paquete y te encuentras una hamburguesa podrida, con ingredientes caducados y passados; que huelen mal y tienen mal aspecto. La naturaleza es sabia: huele, sabe y se ve mal, te está gritando: ¡no la tomes!
Jovencitos, ¿qué tal sabe la hamburguesa nihilista?. Aquí entra todo aquello que no disfrutamos en el presente, pero que encima tiene consecuencias negativas en un futuro.

Autosabotaje, preciosa palabra para un concepto tan complicado de abordar. Algún ejemplo rápido: fumar si no te gusta, comer chinchetas, poner pinchos en tu colchón (no estoy muy imaginativo hoy). Ehhh yo que sé, pero es algo que hago mucho. De hecho más de uno me clasifica como nihilista. Pero soy humano y el humano come de estas tres hamburguesas y de la siguiente.

4. Abres el último paquete y se te pasa el cabreo por el timo de la hamburguesa podrida. Acabas de encontrar la hamburguesa de la felicidad. La que disfrutas en el presente y, además, te dará beneficios en el futuro.
No sé que ingredientes tiene la tuya, lo que sí sabemos es que el aumento de estas actividades te hacen más feliz (al menos eso es lo que defiende el autor). Tiene sentido. Imaginad que adoras tejer. Bien pues mientras tejes te lo pasas bien y disfrutas, y tendrás suéteres para el invierno (otro ejemplo de mierda).

Pero volvamos al tema de por qué hacemos las cosas en el día a día. Lo de la hamburguesa lo sacaba para demostrar que no todo lo hacemos con el último objetivo de ser felices. De hecho imagina que eres el jodido Vasili Zaitsev en Stalingrado, durante el invierno de 1943. Eres un puto héroe para tu patria porque matas alemanes con tu puntería. ¿Eso lo hacía por felicidad? Quizá lo hacía porque no le quedaba otra. (por cierto, la muy recomendable película "Enemigo a las puertas" es
un biopic de este personaje).
Y es que si la felicidad es un fin, requiere un camino que recorrer, en el que se supone que no somos felices. Y es que esta idea de que la felicidad es el objetivo, impide el disfrute en el presente (aunque si pensamos en el hedonismo me jode todo lo que estoy diciendo).
Es muy difícil vivir en el momento presente, quizás porque estemos hechos para buscar siempre la supervivencia, lo que nos hace vivir en un interminable futuro. No paramos de preocuparnos por lo que podría pasar.

Es cierto que mi amigo me puso en duda al decirme que yo había dicho la mierdecilla de las hamburguesas (que en mi opinión es una genialidad), sólo para creer tener la razón y así ser feliz. Y coño, quizá mi amigo tuviese razón. Sentí cierta satisfacción de creer tener la razón.

En fin, es una pregunta difícil la de por qué hacemos lo que hacemos. Supongo que cada uno tendrá que buscar su propia respuesta. Pero que la felicidad, que si bien es un objetivo totalmente lógico, no implica que ocupe todas nuestras metas. Las reflexiones de un gilipollas rehabilitado pasan por momentos de hedonismo, de competencia, de nihilismo e incluso (por raro que pueda parecer al leer esto) por momentos de felicidad.

lunes, 12 de septiembre de 2016

SÉ TU MISMO Y HAZ LO QUE TE GUSTA, PORQUE CRÍTICAS HABRÁ SIEMPRE


Reflexiones que llenan la mente durante eternos momentos. Simples pensamientos que aparecen y desaparecen de tu psique en un flash. Sensaciones que te condicionan un día entero o simplemente lo que te dura una taza de café. De esto es lo que trata este blog, siempre desde una perspectiva muy personal, por lo que aquí menciono no lo implanto como una ley o un dogma, y es que en esta entrada reflexionaré sobre cómo la sociedad y sus individuos (yo, tú y cualquiera de por aquí) se presionan a sí mismos para ser y hacer de una determinada manera, pero después criticada (puede parecer un poco raro, pero con los ejemplos se comprenderán mejor).

Creo que la mejor forma en la que uno se expresa es siempre hablando desde el propio ejemplo. Tiempo atrás me di cuenta de que algo en mí no funcionaba. Una insatisfacción me acompañaba desde que me levantaba, hasta que el cansancio de todo el día me dormía.
Sí. No llevaba y todavía tampoco (aunque estamos mejorando) una vida que me llenase, que me hiciese ser el protagonista de mi vida.
¿Por qué? Bueno, puede haber muchas razones como el miedo, la intranquilidad, la procrastinación, la vagancia, etc. Hoy hablaré de una que no es personal: la presión de una sociedad ambigua.
Pues si el miedo y la procrastinación (postergar, dejar para luego para que entendáis) provienen de nosotros mismos y somos nosotros quien debemos acabar con ellos, la presión de la sociedad es un factor determinante a la hora de tomar decisiones y de crear nuestra propia identidad.

Supongo que las exigencias que rigen una sociedad como la nuestra, surgen de unos líderes de opinión y unas tradiciones que han regido la forma de ser, sentir, pensar y actuar de los individuos que han habitado en ellas. Lo importante aquí es si estas "normas" , que nos parecen impuestas desde que empezamos a mamar de nuestra madre, nos hacen bien.
¿Nos hacen felices estos caminos que nos marcan nuestra identidad? Desde lo más profundo de mi pensamiento saco una respuesta: un jodido y rotundo NO, vaya ni de coña.

A ver chico, por qué no crees que nos hagan felices. Bueno pues porque ni a mi , ni a ti que lees este tipo de blog ,te puede hacer feliz una sociedad que hagas lo que hagas no pararán de criticarte. Vamos a jugar a ser Dios y a gestar a un niño para crear un ejemplo:

Un rato bueno (o malo ), nueve meses, unas horas de dilatación, sudor, y dolor intensivo nos dan a un bebé sano y con ganas de leche de la buena. En este momento surgen las que dicen que las que dicen que dar leche materna es buena y las que dicen que no se le debe de dar el pecho salvo en ocasiones (el niño no se entera de nada, pero su madre está sufriendo esta discusión entre las abuelas) El médico les recomienda potitos y la farmaceútica que los vende dice que son un veneno; una dosis masiva de azúcar para un crío.
El crío crece, y ya con tres años sus padres les apuntan a una guardería donde el niño entra en una serie de juegos con otros críos, entrando así en el mundo social. Él, que se divierte tanto en aquel lugar donde puede hacer lo que quiera, es reprimido de jugar en cualquier otro lugar porque molesta.
Vamos a ser un poquito crueles, vamos a introducir una intolerancia al gluten y encima le hacemos diabético. El niño se lleva a clase unos frutos secos para la merienda, pero es insultado por sus compañeros porque no lleva "comida para niños", porque en la tele, después de los dibujos animados salen anuncios de bollería, refrescos, etc, que anuncian sus personajes preferidos. ¿Os imaginais a este chico en un cumpleaños? Si no come los gusanitos y la tarta es un bicho raro, pero si lo hace será regañado por sus padres por irresponsable. Madre mía.

La escuela primaria avanza y los chicos empiezan a jugar a un juego en el que se intenta meter un balón en tre unos postes. A él no le gusta, no disfruta haciéndolo. ¡Maricón! Aquella palabra cuyo significado desconoce le acompañará, decide jugar a ese juego que no disfruta, que le cansa y no le divierte. Su madre lo advierte y le dice que no puede ser un esclavo de los demás, que tiene que jugar a lo que él quiera.
Paremos un momento esta vida tan común. ¿Cómo va a ser este chico plenamente feliz? ¿Cómo va a construir su identidad de forma correcta conforme a sus ideales? Chico te toca crecer.
El chico empieza el instituto, ese lugar donde las hormonas se elevan y aparecen las parejas. Los chicos hablan de chicas y viceversa, pero coño chico te ha tocado, vas a ser homosexual (esto lo decido yo chico, no me lo tomes a mal pero no es a lo que tú eliges).  Nuestro hijo se encuentra ahora atraído por varios chicos a cada cual más hijoputa (pero claro, el amor adolescente es bonito y dulce, ¿verdad que sí Disney?, ah es verdad, en Disney la homosexualidad no existe). Esto sólo lo sabe su madre y su mejor amiga, una chica que le pone el ejemplo de otro compañero que salió del armario meses atrás y ahora las pasa putas en esa mierda de instituto al que le estoy haciendo ir.
Coño, ahora sí que está confundido, que le queda: vivir conforme a su identidad y adentrarse en un camino lleno de obstáculos , o vivir reprimido sin alcanzar nunca un verdadero amor satisfactorio. (bueno, hijo mío, piensa que si hubieses nacido en otro país, esa identidad tuya sería considerada como una enfermedad).
Cómo olvidarnos en que en esta etapa empieza una relación curiosa con el físico. Y aquí viene una contradicción de lo más curiosa. Este chico está expuesto a una publicidad masiva en la que se ve un prototipo de cuerpo ligado al éxito, a la felicidad. Sumadle más publicidad de comida basura dirigida a personas de su edad, que supuestamente también hace feliz (umm aquí hay algo que no funciona, bueno sí , a las empresas que se quedan con nuestro dinero a base de generarnos insatisfacciones).

Sales a las fiestas de aquellos que consideras amigos pero que critican tu forma de vestir, la cambias y como la moda ha cambiado, te vuelven a criticar. Vas a los locales dónde ponen música que no te gusta, pero va quien te gusta; a pesar de que tus verdaderos amigos dicen que disfrutes de tu tiempo de ocio en lo que realmente te gusta. Escribes historias que no publicas por miedo a las críticas de personas a las que nada importas... Todo esto te llena de frustración que pagas con los que realmente te quieren.

Chico te toca divertirte y disfrutar. Llega la facultad, la que se supone que va a ser la mejor etapa de tu vida. Conoces a gente más abierta, gente de todo tipo, pero elige bien hijo mío. ¿En que carrera decido meterte? ¿En la que te gusta o en la que es más fácil encontrar un puesto? Elige lo que te de la gana porque te van a criticar cualquiera decisión. En la primera quizás las pasas putas para llegar a fin de mes y, en la segunda, vivirás frustrado por trabajar en algo que no te gusta. Te puede ir bien en ese trabajo que no te gusta, pero creeme que no es bueno que te vaya bien en algo que no te gusta (acabas conformándote con lo que para ti es mierda de vida).

En fin, creces y me superas en edad. Encuentras una pareja y gracias que vives aquí , te casas y adoptas a una cría preciosa, llevándote mil y un insultos por parte de imbéciles. Y es que lo que te dice la sociedad es que haces bien dando una familia a esa chica, pero le estás jodiendo la vida porque no tiene madre (otra gran perla de este mundo).
Las contradicciones nunca te abandonarán, te compras una vivienda y te dicen que o es muy cara y estarás esclavizado, o es pequeña y mal situada. Que o haces una cosa como la hacen todos, porque si no eres un tipo raro, o eres un débil que sigue a la masa.
te haces viejo y ya no sales tanto porque la sociedad te dice que eso no es para viejos, pero te venden a abuelos pasándolo bomba en Benidorm. Te vas a una residencia porque no debes molestar a la familia y ser una carga, aunque también te presionan con cuidar de tu nieta y ayudar económicamente a los hijos.

Esto es solo un ejemplo muy, pero que muy, básico y plano de una vida. Pues una vida normal está llena de estas frustraciones que genera la sociedad. Y demos gracias a Dios de que vivimos en esta sociedad, porque llegamos a vivir en otros países o en otra época y no nos atreveríamos a hacer lo que realmente queremos, que es al fin y al cabo un modo de vivir, el que más bien nos hace.

Lo dicho, en resumen, es el título de este post. Bebés del mundo haced lo que os guste y caso omiso de esas perpetuas críticas que provienen de gente a las que nada le importáis, Cread vuestra propia identidad con vuestros propios valores (sólo tenéis una vida, no la malgastéis saboteando vuestra identidad).